miércoles, 9 de noviembre de 2011

La cara del miedo



El skateboarding es como la vida: si te caes, te levantas o te dejas derrotar... a mí me sucedió lo segundo cuando me rompi el tobillo izquierdo al intentar un truco muy estúpido, de principiantes. No pude jamás vencer el miedo: era suficiente con poner los pies encima de una tabla para que volviera  el dolor punzante y viniera a mi la sensación de tener el tobillo hecho de carne molida morada (y de hecho, ese era su aspecto). No volví a patinar, el miedo me venció: la patineta se convirtió en un objeto aterrador, indomable, inalcanzable. Me dolió, por que amo el skateboarding.
De alguna manera, esta primera tercia de pinturas son una manera de vencer ese objeto del miedo, no pude hacerlo patinando, pero exorcizo estas tablas pintándolas con imagenes que vinieron a mi con un método parecido a la de la escritura automática: bocetando lo primero que se me venía a la mente, hasta que lograba deshojar capas y capas de mi cerebro hasta llegar a lo más oscuro.
Descubrí varias cosas: que le temo a las mutilaciones, los cuadros viejos en la pared, a las máscaras, a Ren y Stimpy, a las manchas de humedad, al óxido, a la putrefacción, a la deformidad... y la lista sigue.
Estos son las primeras acuarelas y acrílicos de mis miedos, ¿identificas a alguno de los tuyos?

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